Te llevo tan en el
alma
que me consuelo
con verte,
en mi tormento
eres calma
y mi quimera es
tenerte
fundía en mí, como
el agua.
Te di to´lo que tenía,
no me quea na´ pa´darte,
si quieres más to´avía,
espera y podrás llevarte
el dolor de mi agonía.
Que encuentres a quien te
quiera
y la virgen te proteja,
si te marchas de mi vera
no te daré ni una queja,
aunque por dentro me muera.
Le sequé con mi
pañuelo
las lágrimas de su
cara
y cada vez que lo
huelo
hasta el pulso se
me para;
Dios mío, qué
desconsuelo.
Francisco Urrutia Fernández
Mención honorífica Antonio
Murciano
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