SOLEÁ



Nunca valen las palabras
lo que vale el pensamiento;
toítos los mudos son sabios
que reinan en su silencio.

Por tu voluntad viniste,
por tu voluntad te vas,
y si volver tú quisieras
hágase tu voluntad.

Arbolito en campo raso,
espejo de mi sentir,
tiene la muerte en los brazos
y la vida en la raíz.

Guitarrica vieja, pena
de guitarra vieja;
nadie la quiere tocar
y el relente la destempla.

Fatigas que pasa el sol
cuando las nubes le tapan
el oro de su color.

Antonio Hernández Valentín 
Finalista

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