SOLEÁ




Tan grandes son mis fatigas,
que a los cielos clamé yo.
Y el cielo me respondía
ya no te escucha ni Dios.

Yo soy lo único inmortal,
iba diciendo la muerte…
y bien que decía verdá.

Como bala de cañón
atraviesa los sentíos
la fuerza de la pasión.

Tengo una fortuna en sueños
y una deuda en realidades,
y una conciencia que grita
pa decirme las verdades.

Lloraba penas amargas,
lagrimitas que soltaba
y no podía sujetarlas.

Mare no me llores más,
que de verte se me abren
las venas de par en par.

Carmen Aguirre Requena
Finalista 2015

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