La chiquilla del amo,
al sol ardiente,
con un trapo en la mano
seca mi frente.
Como el suor del cuerpo
la sed aumenta,
me trae mi serrana
agua de menta.
El que ya viene pobre
desde la cuna,
por mucho que trabaje,
no hace fortuna.
Dos mulas tiene el amo,
yo un muletillo,
y quiere que lo enganche
también al trillo.
El sol se está poniendo,
no nos durmamos,
espabila, mulilla,
que no acabamos.
Francisco Urrutia Fernández
Mención Honorífica Antonio
Murciano 2015
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