Ante una cruz me juraste
que te habías de enmendar,
y más fuerte que el madero
fue la cruz de tu penar,
porque caíste de nuevo.
Arbolitos del paseo,
ya no han vuelto a retoñar;
la vida son tres inviernos
y un verano nada más,
y solo perdura el tiempo.
Desde que tú me has dejao
mi cuerpo es un campo umbrío;
no quiere brillar el sol
y brota un manantial frío
donde estuvo el corazón.
Como arena entre las manos
las ilusiones se van,
y en el final del camino
solo un paso ha de llevar
del desengaño al olvido.
Antonio Hernández Valentín
Finalista 2015
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