SOLEÁ



La tierra, mi cautiverio,
mis pasos son la medida,
y el cielo que me rodea
carcelero que vigila.

Yo he visto La raíz de un árbol
quebrar un muro de piedra,
y abrirse un cielo nublao
solo con sentir tu queja.

Rama de la higuera verde,
mis fatigas le conté,
una por una las hojas,
amarillitas de muerte,
al suelo las ví caer.

Si se pierde, que se pierda
el último de mis pasos
por la última verea.

Que son terrenos de nadie
donde se encuentran los pasos
que van a ninguna parte.

Antonio Hernández Valentín
Finalista 2015

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