Llora
en la Venta de Vargas
un
duende por bulerías,
su
voz cansada y amarga
con
las claritas del día
es
un suspiro del agua
que
viene de la Bahía.
Los
dos y la playa sola
un
amanecer de otoño,
iban
rompiendo las olas,
después
de un silencio hondo
se
apagaron las farolas
y
se encendieron tus ojos.
Abre
las puertas del día
que
la luz del sol te llama,
hace
poco amanecía
y
ha llegado la mañana
a
traerte la alegría
hasta
los pies de tu cama.
Rafael Domínguez Villa
Finalista 2016
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