Me llevé a la boca
la flor del cerezo
y ese día comprendí, mi gitana,
a qué sabe un beso.
Vela que te vela,
vela que velando,
los malos sueños que te
atormentaban,
te los fui arrancando.
El sol no lo quieres,
la luna, tampoco,
por más que te dé el universo
entero,
te parece poco.
De tanto pedirle
a este pobre ciego,
el pozo del agüita del amor
se ha quedao seco.
No me digas sí
ni me digas no
y que hablen las palabras que
fluyen
de tu corazón.
Juan Molina Guerra
Finalista 2017
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