FANDANGOS DE LUCENA


Parroquia de San Mateo,
donde consagré mi amor:
hoy te miro, y el recuerdo
aviva mi desconsuelo,
la hoguera de mi dolor.

En la calle de la Parra
voy a abrir una taberna,
para que todo el que vaya
olvide allí su desgracia
y desahogue su pena.

Allí, por la calle Espejo,
la luna se pavonea,
hasta que el sol, envidioso,
saca sus rayos de oro
sobre el cielo de Lucena.

En las tardes de corría,
¡ay, Coso de los Donceles!,
relucen las esclavinas
y el rojo de los claveles
de la mujer lucentina.
Juan Molina Guerra
Finalista 2018


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