Si pudiera alzar el vuelo
el Guadalquivir con plumas,
a Córdoba desde el cielo
diría piropos de
espumas.
Ay, Córdoba sultana
al llegar mayo,
doy de beber tus aguas
a mi caballo.
Con los piropos, gozosa,
pronto Córdoba se encela;
pero se siente celosa
y pasa la noche en vela.
Por si llega a su orilla
una mujer
y lo embruja en Sevilla
con su querer.
La libra de su congoja
el río lleno de amor,
dándole una rosa roja
y un clavel abierto en flor.
Besan mis aguas, Córdoba,
Besan mis
aguas,
los bordados encajes
de tus enaguas.
Feliciano Ramos Navarro
Finalista 2018
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