Hay quien canta por cantar.
Otros, por estar contentos.
Yo canto por no morir,
de tanto llorar por dentro,
al saber que te perdí.
Un verano se juntaron
su primavera y la mía.
Al otoño hemos llegado
y hacia el invierno caminan
nuestros cuerpos abrazados.
Ella, una mujer corriente
y yo, un hombre del montón;
pero no sé lo que tiene
ni para ella, tengo yo
que nos queremos a muerte.
El olvío nunca
llega
si se quiere de verdá.
Es hería que no
cierra
y dejará de sangrar
cuando te abrace la tierra.
Diálogos
Paulino Cubero Vallez
Paulino Cubero Vallez
Premio Manuel Machado
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