Cuando
el cantaor se arranca
se
calla to la taberna,
a
compás con la guitarra
bailan
las niñas isleñas.
Se
enamoró el Flamenco
de
la Poesía;
los
adoptó La Isla,
son
cañaíllas.
En
la orillita del mar
el
varón se ha declarado
con
anillitos de sal
su
compromiso han sellado.
Se
han casado en La Isla,
blanco
el vestido;
Poesía
y Flamenco
mujé
y marío.
Juan
Martínez Iglesias
Premio Rafael Alberti 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario