I
Latidos de un corazón,
los ecos de una taranta,
el sueño de una pasión,
metales en la garganta,
las “herías” del carbón.
II
En una mano un barreno
y en la otra un crucifijo
y una oración a los cielos
rezando a Dios por sus hijos
como los mineros buenos.
III
Bajo la luz de un farol
los pulmones “destrozaos”,
rogando la luz del sol
a un minero le han “robao”
la fuerza de un corazón.
IV
Ni el Rojo el Alpargatero,
ni Pastora ni Chacón,
a las tarantas pusieron
tanto dolor y pasión
como ese viejo minero.
José Francisco López Rodríguez
Premio Manuel Machado 2023
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